La pequeña esclava de lustrosa tiene que ser casta hoy y queda atada al sofá. Luego, el perdedor se enfrenta a una dura tocada por mí y Miss Aurelia, desde el axilario hasta los pies. Ella se sienta sobre sus brazos para que no pueda defenderse. Es muy tozudo este pequeño! Vamos a ver hasta cuándo puede aguantarlo. Sus gemidos y quequeos de esfuerzo nos divierten mucho. Recibe lo que merece!