Hoy es el turno de las manos de esclavos. No necesitan nada esas manos, pues, como sabemos, su pene es tan miserablemente pequeño que no hace sentido masturbarlo. Así que pueden destruirse lo mismo. La Señora Blackdiamoond y la Señora Chanel hunden sus talones agudos y mercedlessmente profundos en su piel y aumentan la presión sobre sus huesos, mientras él tiene que agradecer a sus Señoras por cada golpiza. Sabía antes qué pasaría con pasos dañinos en sus manos? Parece que no lo supo, pues necesitaba sus manos para su trabajo… pero no podrá faltar a trabajar, pues tiene que ganar el dinero para sus Señoras! ¡Qué situación desagradable!