Regreso a mi dungeón después de un día dedicado a la empresa a hacer negocios. Soy muy elegante, con traje, corbata borgoña y zapatos altos. Mi doormat, listo desnudo y tendido a mi orden, me complimenta. Recibirá un tratamiento muy especial en respuesta! En realidad, hoy no quiero ponerme sobre él como suelo hacer. Hoy quiero rasgarlo con mis talones. Aún siendo nuevos, son muy afilados. Aún lleva las huellas de la trampada que hice con las botas, y ahora tendrá rayas en su cuerpo. Disfruto castigándolo de esa manera, aplastando su pene y rasgándolo y, a cambio, tiene que sucar mis talones. Cuando está hermosamente rayado, rezando, dejo, pero solo porque estoy cansada después del día de trabajo y quiero ir a dormir.