Mi amiga Gaia y yo tenemos este doormat disponible y no podemos esperarlo aplastarlo, destruirlo y reducirlo a cebolla bajo nuestros tacones. Sin perder tiempo, vamos a empezar nuestra trampantija cruel. Subimos encima de él, tomando turnos. Mientras una está arriba, la otra ordena adorar los zapatos. Luego subimos juntas, y nuestra dulce peso hunde en él. Las quejas aumentan más y más. La situación no es fácil para este alfombra humana … Disfrutamos y reímos, mientras él grita y finalmente roga a merced. ¡Qué fantásticos sonidos! Hemos reducido a un queso suizo!