Hoy presente a mi perro a mi amigo trans Andreia y debo decir que se encogieron inmediatamente. Hago que se acerque para que comience a huelellarla y aprender cómo ella pueede olfactormente. Una vez que se sientan cómodos, retiro el mordisco y dejo la correa a su cargo. Ella admira sus habilidades en lamer y le hace trabajar bien: claro, alternamos el trono porque mis zapatos también merecen atención. El perro debe ser alimentado y con la ayuda de Andreia hago que coma gomitas de dulce directamente de nuestros pies después de triturarlas. Antes de mandarlo a dormir, les permitimos beber su sed por nuestra baba.