Mientras relajamos en el sofa con mis amigas Gaia y Gabriela notamos que la mesa de pies humanas en la que descansamos nuestros pies tiene una desagradable, grande y flabida panza. Intrigadas, la volvemos a ver y empezamos a examinar todo ese suave graso: absolutamente tenemos que encontrar una forma de aplanar esa panza y desaparecerla. Proponía aplastarla con nuestro peso y en turno subimos y saltamos sobre esta masa de jelly-like. Despues de algunas vueltas realiza que no es suficiente, algo más fuerte es necesario y así invito a mis amigas a subirse al sofa y saltar desde allí: esto es mucho más divertido y finalmente el esclavo también comienza a sentir algo y a sentir los golpes. A veces algunos saltos también caen en la área genital, pero parece que no hay nada… La última salto decidimos hacerlo todos juntas y dejar al doormat literalmente sin aire…