Hoy estoy con mi amiga Maya y le presento a mi doormat graso, que parece menos graso pero toquelo para comprender cómo flácido es. Precisamente por esto compré una herramienta para entrenar sus músculos del abdomen y le invito a usarla. Parece feliz, la ejercitación no es difícil pero Maya explica inmediatamente que para un efectivo ejercicio físico siempre es necesario aumentar el esfuerzo… Así que vamos al siguiente nivel y me subo con mis botas sobre su abdomen mientras él continúa contrayendo el abdomen y sí, inmediatamente ve que la fatiga aumenta. Después es turno de Maya subirse sobre su abdomen mientras yo le hago lamer mis solas cuando levanta la cabeza. Las dos de nosotras también nos subimos a él al mismo tiempo y solo le permitimos un paro para que lame y limpie nuestras zapatillas sucias a fondo. Las ejercicios continúan y tendrá que soportar el peso y los golpes de las dos de nosotras hasta que se desmaya por el agotamiento.