Hoy nos enfocaremos en follar la boca de este esclavo con nuestros pies. Muy extendido en el suelo, debe admirar la visión de estas dos diosas empujando sus pies hasta su garganta. Y no son pies pequeños! Ellos llenan por completo su boca y realmente van a su garganta porque el esclavo comienza a vomitar. ¡Qué placer dominar a un hombre tan maleable y llevarlo a este estado de humillación y degradación! Insistimos con nuestros pies, tanto alternando como al mismo tiempo, hasta que rechaza todo su almuerzo y no tiene más para vomitar. Hemos agotado una cavidad, ahora solo tenemos que movernos a la otra… Nos masturbumos con nuestros pies, su pequeño pene crece y le damos una orgasmo interrumpida. Yo siempre recojo su semen con mi pie y lo pongo en su boca. Mi amiga también hace lo mismo. Somos ellas y somos nuestros pies dominantes los que deciden lo que queda adentro y lo que queda fuera…