Mis preferidos látigos, serpientes, una en cada mano, y un esclavo desnudo y atado: no podía desear nada más para inaugurar el nicho de mi nuevo estudio Reino Escarlata. Estoy entrenando a este esclavo para resistencia y hoy lo pongo a prueba con una flagelación de intensidad creciente. Su espalda se vuelve roja solo después de los primeros golpes y luego continuo con mayor intensidad, alternando ambas manos y luego también con ambas látigas al mismo tiempo hasta alcanzar el pico de mi placer sadista y su sufrimiento. Al final pide misericordia temblando en dolor y con su espalda llena de rayas rojas, le doy un descanso, pero esto solo es la primera etapa de su entrenamiento