Tengo una nueva estructura a probar, una caja facial hecha a medida por el carpintero que puede soportar el peso de dos Señoras y precisamente acomodar la cabeza de mi esclavo. Posicionamoslo atrapado con la cara en la caja facial y, con mi amiga rubia Samantha, estamos listas para aplastarlo y caminar sobre él, justo como si fuera un piso humano. El contacto con el nylon de nuestas medias está hasta haciéndole encoger y endurecer, pero con algunas patadas en los genitales hacemos que este cerdo se entere de que solo tiene el papel de doormat.