Mi amiga Claire y yo tomamos un largo paseo y al volver a casa necesitábamos descansar en el sofa bebiendo una buena té. Nuestros pies estaban suros y cansados, debemos de haberse equivocado al usar botas en este calor, pero al menos ahora podemos divertirnos con este ser sumiso y hacernosle olfactorizar. El quita nuestras zapatillas y nos queda solo lo que resta: nuestros sufridos y sudorosos sockes que inmediatamente acaban en su cara: debe tomar un buen olor a estas sucias y huecas calcetines. Es verdadmente un ser inútil y la diversión termina cuando terminamos nuestra té, pero antes de despedirse nos gusta humillarlo un poco más y ponemos nuestros calcetines debajo de la mascara en su cara, así que puede tomar nuestro olor.