Disfruto de esta hermosa día descansando y sentada en el parque, solo un detalle me ruina el ánimo: las caminatas por la hierba húmeda han completamente suciedad mis botas favoritas. Afortunadamente, me acompañó mi perro pequeño conmigo para su hora de ejercicio y así inmediatamente lo llamo a mí para asignarle la tarea que le corresponde mejor. Entiende que mis botas necesitan ser limpiadas y brilladas y, quedándose en rodillas, comienza a usar su lengua de la misma forma. Las sucias solas se ennegrecen rápidamente su lengua, esto es desagradable pero no se preocupa y en el meantime organizo la noche enviando mensajes a mis amigas.