Mi mascota ama nuestras heces! No es la primera vez que tengo que desempeñar el papel de perro para mis queridas Señoras. Las mujeres disfrutan jugar conmigo de esta forma. Y esta ocasión no fue una excepción. Recibí las órdenes de perro, satisfací las caprichos de las mujeres. Ellas reíran de mi ineptitud. Al premio, me permitieron oler el culo de cada mujer y lamer sus pies. Señora Cristina, Amina y Karina no olvidaron alimentar a su perro. Esta vez no tuvieron que salir de la cama para esto. Cada mujer en posición de mentira solo colgó el culo del lado de la cama y liberó los contenidos intestinales en mi boca. La heces más pudrienta fue de Señora Karina. Ella comió repollo.