Dos días atrás conocí a Kamilla. Kamilla se encantó con esta reunión, le gustaba poner a los hombres bocas a los coños y humillarlos, por lo que decidió estar presente regularmente durante las reuniones de Karina conmigo. Las damas me invitan a servirles no solo por las noches y los fines de semana. A veces sirvo en días en que trabajo en la oficina. No va a cafeterías durante mi receso alimenticio, recibo la comida de las mujeres. Hoy fue justo un caso de esto, y las damas me invitaron a su apartamento. Inicialmente, entretenía a Misas Karina y Kamilla durante un par de horas haciéndome imitar animales diversos. Luego llegó el momento en que debía aceptar y comer mi comida favorita, formada por las heces femeninas. La Karina llenó casi por completo el plato con sus heces, que salían una después de otra de su anus. Obtuve un gran placer al permitir que Karina me limpiara el anus con mi lengua. Tocar su anus con mi lengua es una felicidad para mí. Por desgracia, en esta ocasión no pude saborear las heces de Kamilla. Pero Kamilla me ayudó a Karina a alimentarme, colocándome por cucharada a cucharada la caldosa de arroz con chocolate de Karina.
Estuve lleno y feliz para el resto de mi jornada laboral.