Durante mi última reunión con la Señora Karina, me tomé la decisión de confesar mis sentimientos a ella. La Señora Karina me burló entonces. Sin embargo, ella no quiso dejarlo allí y decidió hacer todo lo posible para que fuese por completo humillado y aplastado como un Hombre, para que incluso temiese pensar en expresar sentimientos por ella, en tocar su cuerpo, en cualquier sexo con ella. Mi humillación comenzó con el hecho de que tuve que poner ropa interior femenina y aparecer ante la Señora en este mismo aspecto. Después de eso, tuve que suceder una varita, que ella se puso a sí misma. Sentí abajo, sentí como una puta siendo facial. Finalmente, tuve que mostrar mi pene flácido y corto a Karina, lo que causó una larga y merciless burla. Estuve avergonzado y estaba listo para hundirme en el suelo. Mi lugar fue indicado a mí. Soy y sigo siendo un esclavo de inodoro para la Señora Karina. Y no solo esclavo. También soy una puta ahora. Temo que la próxima vez Karina me haga el anal con una varita de sexo. La Señora Karina no me dejó sin comida en esta ocasión. Como siempre, su anus había expelso mucha basura. Comí su regalo con placer y pensé que había sido dado un gran privilegio de comer las heces de esta hermosa mujer. Nadie más sabe a qué les gusta el saberlo, solo yo lo sé.