Muchas veces tuve un desayuno realmente duro, me sentí mal, quise detenerme y parar de filmar, pero quise que las mujeres me respetasen. No había comido las heces de Yana durante casi 2 años y había perdido el gusto por ellas, me había acostumbrado a las de Cristina y comer las nuevas de una mujer diferente era estresante para mí. Las heces de Yana tenían muchas granos y hacían ruido cuando las masticaba – las mujeres reíron!
Estuve muy temeroso de esta sesión y busqué otro esclavo de baño, pero no pude, así que tuve que salirme. Todos saben que Yana caca mucho y a menudo su heces son líquidos y hasta diarrea. Cuando saqué 2 platos y las mujeres se voltearon hacia mí, mi corazón comenzó a palpitár y el tiempo paró en anticipación! Cuando Yana comenzó a cagar, puse el olor a esa olor, era el olor de Yana, y la heces de su culo salieron y salieron y sabía que tendría que comerla hasta el último cucharón, su heces estaban aromatizadas con secreciones vaginales. Antes de tener tiempo de tragar lo que estaba en boca, ya había otro cucharón lleno de heces frente a mi boca. Las mujeres me animaban constantemente y me apuraban colocando cucharón tras cucharón en boca.