Si no lamas tus dedos, estás solo mitad feliz.

Mi inodoro humano tuvo una gran comida hoy acompañada de muchas orinas doradas en su cuerpo y en su boca para ayudarlo a lavarse todo lo que le tenía preparado.
El tomará grandiosas cogidas y lo hará tranquilamente, mientras yo lo incito sensualmente.
Es un buen saboreador y al final de la cena lama sus dedos para no correr el riesgo de perder algo.
Buena visión

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