Estoy alimentándola, alimentándola, esta puta de baño sucio. Y a cambio, ella caca por la mañana, al amanecer, despierta a mi. Quiero una galleta con el sabor de un pene, aquí está mi perra esa galleta, y si quieres, aquí tienes una banana para entrenar tu garganta profunda. Todo esto para ella. Y por la mañana, ella es Mi Señora, Mi Señora, quiero cagar. ¡Váyase a cagar, no me molesta ni me impide! Así, ella se sentará en el medio de la habitación y cagando una pila fetida de heces, y luego dice mi dulce voz: ¡Buenos días, mi Señora! ¡Qué vergüenza, puta de inodoro!