Buenos días, querida esclava Kat mía. ¿Qué te gustaría por ti mismo hoy? Una gran montaña de heces, Kat respondió, mirándose en el suelo con vergüenza. Bien, intentaré satisfacerte y espero que comas todo sin rastro.
Empecemos por lo último: tú y yo seremos esclava de fisting sucia y sacaremos las heces de tu anus.