Mi inodoro fue creado únicamente para alimentarse de mis heces. Ya es mi esclavo humano de inodoro permanente, y comer mi mierda es, sin duda, lo que mejor puede hacer. Llenar su boca abierta con mi mierda es la mayor recompensa que se merece. Cuando me arrodillo sobre su boca abierta, tiene que mantenerse al día con tragar, tiene que comérselo todo. No perderá nada, todas las sobras que se caigan las volveré a meter en su boca porque nada se puede desperdiciar. El entrenamiento hace la perfección.