No basta solo orinar sobre la cara de un esclavo y en su boca, sino que tiene que ser rociada hasta en los poros de su piel, para que el olor a mi fresca orina lo acompañe todo el día y toda la noche.
Por eso he creado la Sentada sobre cara húmeda de orina, donde me sentaré y bouncearé mi pudendum y mi culo sobre tu rostro húmedo, te dando un olor a recordar.