Esclavitud al Baño – Orificio de Heces

Lentamente baje mi culo a la sede. Sabía que la expectativa de este momento era lo que mi esclavo había estado mentalmente concentrando durante semanas. Este acto que estaba por realizar, el privilegio de limpiar la heces de mi Señora. Sabía que en su mente, esto era el momento supremo, el momento supremo de su capacidad de servir a mi Señora.

Sabía que la luz estaría encendida, iluminando la espectacular maravilla de mi culo directamente encima de él. Era paciente y le dejé disfrutar el momento.

Algunas veces monto el asiento con los pies detrás mío. En esta ocasión, sus pies estaban delante mío. Me incliné adelante y le pinchó los huevos y el pene. Con la otra mano, hice lo mismo. Después ordené que lamiese mi culo. Sensé actividad debajo mío. El esclavo limpió mi culo rápidamente, ingiriendo las huellas fecales.

Relajé mi esfínter y le permití ver su próxima comida. Dejé que saliera un poco de la heces sólida y luego la pinchó. Esperé otro minuto y repití el proceso, pinchando la tercera morsa. Relajé mi esfínter una vez más y liberé la totalidad de las heces. Sentí que se desprendía lentamente hasta que no quedó más.

Él es un esclavo, así es su destino y quizás el tuyo también!

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